ENSEÑAR A VIVIR

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El coaching está de moda. Últimamente cada persona que me encuentro que quiere darle un giro a su vida profesional, se va a dedicar al coaching.

Y es que los americanos son unos auténticos maestros en el arte de convertir algo milenario en un producto totalmente nuevo, ¿Cómo lo han hecho? Poniéndole nombre, porque ya sabemos que todo lo que no tiene nombre no existe.

Nuestra necesidad de ayuda nos viene de nacimiento, lo que pasa es que, de alguna manera, estas tareas de asesorar en vidas y haciendas, antes las asumían los psicólogos, los abogados, los sacerdotes, los economistas, los médicos........, cada uno en la parte que le tocaba y a veces el problema quedaba sin resolver por la dispersión de las soluciones. Ahora las han unificado en una técnica y las realizan los coachers.

Vaya por delante que no tengo nada contra el coaching, al contrario, pero soy una feroz perseguidora de los que con hacerse un cursillo ya se erigen en entrenadores de vidas ajenas, que de esos hay muchos. Me pregunto como alguien que no sabe manejar su vida puede canalizar las expectativas de otro para conseguir los mejores resultados.

Que no es más listo el que mejor nota sacó en la carrera sino el que mejor partido ha sacado de ella, es evidente.

Que se puede ser un brillante y reconocido intelectual y en cambio, un verdadero inútil en manejarse por la vida, es innegable.

Pero lo que es irrefutable es que, para poder ayudar a los demás en potenciar lo mejor de sí mismos, y en conseguir las claves del éxito, hay que tener una sólida formación personal y un largo camino recorrido en este mundo de la inteligencia emocional, como mi amiga Mar, que lleva añoooooos trabajando el camino del corazón .

Si se cruza en tu vida uno de esos coacher de tres al cuarto, que no han pasado de la portada del manual de autoayuda, huye de ellos como de la peste, sólo te traerán más problemas, disfrazados de humo.


"Quien quiera enseñarnos la verdad que no nos la diga. Que nos situe de tal modo que la podamos descubrir nosotros mismos"


José Ortega y Gasset

2 comentarios:

Mar dijo...

Gracias, guapa !
Con amigas así da gusto seguir subiendo una y otra vez a la montaña con la roca a cuestas. Por ahí andáis los amigos para dar ánimos e infundir coraje que ya va haciendo falta tal cual está la cosa.
Mil besos
Sisi-fa

ESPERANZA dijo...

No hay nada que agradecer, a cada uno lo suyo. Tienes madera, esencia, ganas y kilometros como tarjeta de presentación para ayudar a los demás.

Besos